lunes, 12 de octubre de 2009

FALTA DE UN DEBIDO PROCESO


Zelaya fue sacado del país en pijamas durante una madrugada; luego fue enjuiciado —en ausencia— por el Congreso y destituido, sin haber tenido oportunidad de defenderse, lo que configura la falta de un “debido proceso”, requisito éste consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ello vicia de nulidad su destitución; por ende la única solución es restituir a Zelaya en la presidencia, y proceder luego a enjuiciarlo, dándosele la oportunidad de defenderse en un debido proceso.

Elio Albornoz Muro Caracas, Venezuela

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